Adiós

Desde el día en que te conocí, supe que nuestras vidas de una u otra forma estarían ligadas. Fue a temprana edad. Tú ni siquiera recuerdas, en cambio, yo aún repito cuadro por cuadro la escena de nuestro encuentro.

No nos volvimos a ver hasta cuatro años más. Poco a poco, compartiendo y conociéndonos, nos convertimos en amigos. De los verdaderos amigos.

Para mi mal, tú te enamoraste de otra y yo soporté el dolor. Te dejó y me mantuve a tu lado, a pesar de la angustia que esto me provocó. Me confesé y luché contra tu amor no correspondido. Finalmente gané.

Es cierto que, muchos “amigos” nos fueron en contra. Cerramos los ojos e hicimos oídos sordos a sus críticas. Es bueno saber que ellos se equivocaron y nosotros no.

Hace tres años somos inseparables y, al menos yo, no tengo intención alguna de que esto cambie. Tú conoces mis planes futuros, mis sueños. Espero que los mantengas en tu mente y que me recuerdes con todo el amor que te tengo.

Quizás no comprendas mi decisión. Quizás no es la más sabia, pero es la que más oportunidades me puede entregar. Volar. Sentir el viento en mi rostro y alejarme de este infierno.

Cerrar los ojos y pensar en ti. En lo feliz que soy junto a ti. Imaginarnos recostados en la arena, con el sol en nuestras caras y el sonido del mar. Corriendo, perdiéndonos por las calles de Antofagasta. Que me acompañes a mi casa y bajo el umbral de la puerta nos despidamos con un, “Hasta mañana”.

Tomar té. Abrazar a mi mamá. Apagarle la luz a mi abuelita. Contestar el teléfono y despedirme, de mi viejo y mis tatas. Escalar hasta mi cama, extender el brazo y decir, “Te quiero hermana”.

Cerrar los ojos y soñar contigo, como siempre lo hago. Sentirme protegida por ti, como si nada ni nadie me pudieran herir. Oler el aroma de tu cabello y sumirme en una de nuestras aventuras veraniegas. Amarte hasta el final, sin pensar en nada más.




*Ejercicio, del año pasado, para Expresión escrita.